martes, 9 de abril de 2013

¡Caramba! Me estoy haciendo mayor.

Estoy en una fila de la farmacia al punto de las 12am comprando pan. Al fin me voy un sábado de playa luego de que todos los pronósticos se colocaran a mi favor. Mientras espero, veo las revistas, pienso que debo comprar una para entretenerme en la playa. Veo los títulos, "People en español," ehh no, no me interesa de momento nada de la farándula. "Tú," ahh no, ya pasé la edad límite hace años para leer esa. "Cosmopolitan," mmmm esta quizás sea la mejor elección, considerando que casi cumplo 37 y que la mayor parte de los temas me interesan. Sin embargo veo todos los títulos, "Sexo salvaje," "Pasión a mil por hora," etc. Y en medio del limbo pienso, y con un suspiro digo, ahh creo que voy a descartar la idea de comprar una revista.

Llega mi ansiado sábado, y en vez de tener una botella de bronceador y una toalla para tumbarme en la arena, saco los dos potes de bloqueador solar; y baño a la familia completa. Luego de debidamente bloqueados solarmente, la diva, entiéndase esta servidora, se pasea en su traje de baño entero, que además no le favorece, pero que la gravedad y las circunstancias no le permiten otro estilo. Me tumbo en la arena, ¿y qué hago? ¡Recojo caracoles!

Miro la sombrilla que ya mis sobrinas invadieron y pienso que el sol esta realmente fuerte. Miro a mi hijo menor y me comienza la paranoia, que esta muy cerca de las algas, que si la orilla, que si los juguetes. ¡Caramba! ¿En qué momento me hice tan mayor? Decido entrar al agua, que para eso fui a la playa ¿no? Y a mitad no sabía si seguir o regresar, no estaba muy segura de que mi cuerpo resistiera el bendito frío. Llego a mi destino, unos cuantos pies, me puedo arrodillar. Y mientras, pienso que en definitiva, estoy mayor y nunca aprendí a nadar.

Para hacer un poco de aguaje, utilizo un snorkel y me meto bajo el agua. Chapaleteo, para que el aguaje sea más real y ¿ qué hago? ¡Recojo caracoles! Y peor aún ¿será peor realmente? Observo a los cobitos caminar bajo el agua. Inundada en esa maravilla, me muevo como pez bajo el agua, chapoteando, pero con las manos bien puestas en la arena. ¿Y qué pasó? Qué me tosté con el sol, la realidad; demasiado.

Mientras miro en el espejo la destrucción en mi cabello de un día de playa y la marca de mi traje de baño "clásico", recuerdo que hace una semana tomé la determinación de ejercitarme. Me voy haciendo a la idea, que no importa cuan "dorada" o más bien achicharrada esté, voy a dar una bailadita en el Wii con el zumba. Definitivamente, me estoy haciendo mayor, cargo entonces con una botella de agua, para la sed, el calor, el dolor de cabeza, la quema' de la espalda.

La verdad, no me divierte hacerme mayor, pero quien lucha con la ley de vida, si no puedo luchar con las leyes de trigonometría, imagínate con las de la vida. Tengo que verlo por el lado positivo, estoy "cogiendo" vergüenza, con la llegada de más edad, me cuido un poco más, visito los médicos, me hago mis pruebas y comencé a incluir más el agua en mi estilo de vida. Sólo sigo teniendo el miedo infantil al dentista. ¿Lo malo? Seguiré haciéndome mayor, y lo triste es que seguro seré una viejita mellá.

6 comentarios:

  1. Ais Marta Raquel, me meo de la risa.... Es más lo he leído en voz alta y le he puesto tu tono y claro, aun me he reido más..... Porque es que te veo....y me parto......

    Recuerda lo que dijimos un día...no nos hacemos mayores, simplemente madura,os y tenemos mas experiencia.

    Un beso amiga

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    1. Así mismo Bea, pero mientras iba pasando cada detalle he de decir que realmente "estoy creciendo." Besos guapa! Y gracias siempre por pasar!

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  2. muy buen relato !!
    Te sigo me sigues??
    http://aidaerian.blogspot.com.es/
    Gracias

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  3. Jeje, no es tan malo, supongo que te acostumbras. A mí me pasa que ahorahablo menos ;)
    Saludos.

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