miércoles, 17 de febrero de 2016

Vamos a hablar claro

De entrada les digo, que comienzo con un chiste y no muy bonito, pero es la forma de acentuar la importancia que a veces le ponemos a las cosas. ¿Recuerdan ese chiste donde los órganos del cuerpo se pelean por cuál es el jefe? Resulta que el chiste dice que el ano decidió dejar de evacuar e hizo enfermar a los demás órganos. Al final los órganos decidieron que le darían la jefatura al ano, contar de sentirse mejor. La realidad es que usted se preguntará que carajos me pasa cuando traigo esa anécdota a colación. Sencillo, cada cosa tiene su debida importancia, aunque no lo parezca. 

Resulta que es febrero y a mí me da la crisis porque se supone que sea la semana de crear conciencia de las condiciones congénitas del corazón, o sea, ¿usted entendió la parte de congénita? Por si acaso le explico, se nace con ella, eso, que los niños nacen con corazones rotos y no de amor. Entonces un grupo de madres comenzamos con esta filantrópica labor de educar a todo el mundo. Pero, ¿a quién se le ocurrió, que justamente en febrero, justamente el día de los enamorados, se celebrará el acontecimiento de educar por la causa? No sé verdaderamente, pero lo hago. Mi pretensión no es, decirte que el corazón es el órgano más importante y que por ello, tú DEBERÍAS, ayudarme a crear conciencia. Mi pretensión en todo caso ES, educarte en el hecho, de que ningún niño debe nacer con un corazón roto, que un niño NO DEBE tener un corazón roto ni por una desilusión. 

Entonces, con la mejor de las intenciones, te comparto todo tipo de información, y te explico, que si los labios y dedos violeta, que si el cansancio, que si la sudoración. Pero parece que para mucha gente es muy normal el término violeta, si, es un color muy lindo, y quizás cuando vas al cine y te mueres de frío es normal, pero no, no lo es. O es que quizás para una persona es muy normal que los niños suden, oye coño, si juegan mucho, ¿que más esperabas? Entonces se cansa uno, de querer "evitarle" a los desconocidos esos malos ratos que nadie le evitó a uno. Y le invade a uno, una frustración asquerosa. 

Así que hoy, con el corazón en la mano, y la sinceridad a flor de piel te quiero hablar claro. 
¿Sabías...
... qué una mala higiene bucal puede crear una infección en el corazón de tu hijo? Si, el tuyo, el que no tiene una condición de corazón, pero que la puede adquirir. 
... qué la aspirina está contraindicada para niños? Sin embargo yo se la tengo que administrar a mi hijo casi todos los días, por el resto de su vida.
... qué aunque no se vea a simple vista, mi hijo tiene el esternón levantado? Y tristemente no va a regresar a su lugar. 
...qué la ingesta de medicamentos a largo plazo puede dañar el hígado? Mi hijo se toma aparte de la aspirina, 2 pastillas diarias para controlar su presión.
... qué mi hijo tiene pequeños alambres amarrados a sus huesos y unos tubos en las venas de su corazón? Y tendrá que vivir con ellos por el resto de su vida. 
Te puedo decir miles de cosas más, hablando claro. Pero sé que esto es tan largo, que seguramente no has llegado ni a la mitad. 

Esto son secuelas de las condiciones congénitas del corazón. ¿Todavía crees que debes pasar por alto el dato y no ayudarnos a crear conciencia? El día que le pregunte a una cardióloga porqué mi hijo nació así, me contestó, porqué le tocó. Si a ti te gustan ese tipo de contestaciones, pasa de largo todo este discurso, si lo crees injusto, edúcate y educa a otros. Hace casi siete años nos tocó a nosotros, mañana puedes ser tú. 

miércoles, 10 de febrero de 2016

A ti... Que te cuesta tocar el botón de compartir

A ti qué te cuesta tanto darle al botón de compartir, a la causa que estoy tratando de difundir. Hoy no fue necesariamente uno de mis mejores días, desde hace apenas 42 días que comenzó el "maravilloso" 2016. Luego de haberme acostado pasado la una de la madrugada, tratando de alivianar una catarsis, la mañana dejó mucho que desear. Estoy, ¿cómo les puedo expresar un estado de ánimo que va más allá del cansancio? Estoy... Estoy... Estoy extenuada, abrumada, agobiada, y en ocasiones, ni siquiera estoy. Entonces, a ti qué te cuesta tanto darle al botón de compartir te digo: ¡Qué bendita suerte tienes, de no tener la necesidad de apretar ese jodido botón! Yo sí la tengo. 

Hoy mi hijo, el que desde que llegó a mi vida, me ha hecho un ser humano más empático, pero que me ha hecho odiar los miércoles y detestar los febreros, me dio uno de esos sustos en los que él es experto. Me llamó su maestra para decirme que el tenía unos síntomas muy raros y me preguntó qué haría al respecto. ¿Qué hice al respecto? ¡Correr! Entonces, a ti qué te cuesta tanto darle al botón de compartir te digo: ¡Qué bendita suerte tienes, de no tener la necesidad de apretar ese jodido botón! Yo sí la tengo. 

Aparte de tener que luchar día a día con una condición permanente del corazón, en un niño que aún no sabe amarrarse los zapatos y que solo ha mudado un diente, tengo que luchar con picadas que se vuelven verdugones, con síntomas parecidos a una presión baja, con nuevos síntomas relaciones a problemas de azúcar. "Llévalo a un endocrino..." me dijo el cardiólogo hoy. Entonces, a ti qué te cuesta tanto darle al botón de compartir te digo: ¡Qué bendita suerte tienes, de no tener la necesidad de apretar ese jodido botón! Yo sí la tengo. 

Y aquí estoy en la mesa de hacer nudos, y que pocas veces uso para comer. Pensando que necesito en nuestra vida una máquina para tomar presión y una máquina para medir niveles de azúcar. Que es bien cuesta arriba educar a un niño sano por fuera, pero de mucho cuidado por dentro. Y Entonces, a ti qué te cuesta tanto darle al botón de compartir te digo: ¡Qué bendita suerte tienes, de no tener la necesidad de apretar ese jodido botón! Yo sí la tengo, y lo voy a seguir haciendo. Es una pena que tengas que esperar a verte como yo, para entonces apretar ese jodido botón.