martes, 26 de marzo de 2013

Estableciendo prioridades

El primogénito de la casa, en dos meses cumplirá 11 años. Como todos los procesos transitorios de la vida, los 11 son una época difícil. El niño que cumple esa edad tiene una gran disyuntiva. Ni es niño ni es adolescente, esta suspendido en un "between". ¿Qué es lo negativo? Tienen una lucha hormonal entre como se sienten y como deben comportarse.

Hace aproximadamente un año había pedido a gritos permiso para frustrarme, por lo difícil que se me estaba haciendo manejar al pre adolescente en aquel momento niño de la casa. Pedí permiso, por que frustrarse en esta sociedad es contraindicado y podía ser catalogada como mala madre. Aún cuando sé que muchas personas no entendieron mi punto, durante este año me he frustrado, re frustrado, recontra frustrado, hasta cruzar la línea fina de sentarme a llorar de impotencia.

Luego de volver a analizar cada situación que me resulta insólita de entender, de ir semanal a una terapia sicológica, y a una terapia del habla, acomodo mis pensamientos y vuelvo a comenzar de nuevo. Hay algo muy claro en todo esto, y es que hay que establecer prioridades. ¿Y quien guía a determinar las prioridades de un preadolescente de 11 años? Sus padres claro está, los que viven el día a día con el, los que trabajan para su bienestar en todos los sentidos.

Así qué nos encontramos en esta práctica de taekwondo y vemos esta cara de no felicidad en un chico que escogió este deporte por que sí. Y mientras lo veo huyendo del golpe que no quiere recibir de un almohadón, me pregunto porque insiste en estar en un sitio donde no se siente cómodo. Así qué mientras lo veo correr por el "tatami" huyendo de los golpes, sujetando el almohadón con cara de miedo, frustración y agobio, me surgen miles de dudas. ¿Debo medicarlo para que se concentre y le de valor a lo que hace? ¿Todavía no entiende la importancia del deporte que el mismo escogió? ¿Debo volver "la burra al trigo" con lo mismo otra vez? Entonces por un momento llega una frase a mi mente; establecer prioridades. Volver a tratar de organizar por vez número no me acuerdo las gavetas del gavetero mental de mi hijo. Tratar, TRATAR, sin medicamentos, hablando, exponiendo, explicando.

Mis hijos conocen muy bien que les pasa. Y el mayor esta al tanto de todo, de porque va a una sicóloga, del porque de sus terapias. Incluso sabe que medicarlo es una solución que su papá y yo nos negamos a utilizar. Necesitamos que él entienda ya, que sus prioridades son justamente las cosas que le fastidian, como estudiar o practicar un deporte. Sin embargo, esta claro que la escuela va por encima del deporte. No puedo esperar a que el madure para que entienda lo importante, tengo que encaminarlo desde ahora. Un futuro jovencito que le gusta jugar con carritos, pero quiere un celular, no esta estableciendo claramente sus prioridades.

Mientras seguimos tratando de organizar ese gavetero revuelto, sin llegar a la medicación, seguiremos muy de acuerdo en sus prioridades. Tiene una semana para decidir si el taekwondo es lo de él. Dejando claro que la escuela sigue teniendo el mayor valor ante cualquier cosa. Que no es cuestión de tener cualquier cinta negra en casa, sino uno que esté encaminado correctamente a determinar sus metas esenciales. Crecer, aprender, madurar y ser un hombre de bien. Y en esto hay que educarlo, desde ya.

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