lunes, 7 de agosto de 2023

Después que venga sano… lo que sea.

 “ Pero todos tus conocidos estarán yendo y viniendo de Italia, y ellos hablarán acerca del maravilloso tiempo que pasan allá. Y por el resto de tu vida tú dirás, “Ahí es donde yo suponía que iba, es lo que había planeado”.

Y el dolor que esto te causa nunca, nunca, nunca desaparecerá… porque el no realizar un sueño supone una pérdida muy muy importante.”- Fragmento de Bienvenidos a Holanda de Emily Perl Kingsley

Llevo los últimos tres años bandeándome entre el hospital cardiovascular y el hospital pediátrico cada 3 a 6 meses, dependiendo de la cita que toque. Bueno, llevo estos tres años entre estos dos hospitales, porque hace 14 años que visito con frecuencia el cardiovascular. Recuerdo, tan clarito como si hubiera sido ayer, en el 2009, llegar a intensivo pediátrico del cardiovascular y ver una sala llena de niños entre recién nacidos como mi hijo en aquel momento hasta adolescentes. Cuando pregunté que había pasado durante mi embarazo para que mi hijo naciera con una condición, la respuesta fue: -“Porque le tocó.” Yo voy a echarle la culpa a uno de los años más asquerosos de mi experiencia como maestra, y a las 3 amenazas de aborto que sufrí en el proceso. 


Pero, no tengo suficientes literatura empírica que sustente mi hipótesis. En estos últimos años, he visto en estas citas, infinidad de niños con diversas condiciones, desde recién nacidos, hasta casi adultos. A simple vista, no puedo decir que aquella madre no hizo esto o hizo demasiado aquello para determinar porque el niño no llegó sano. En estos días justamente leía a una persona en facebook que comentaba, que los hijos de madres que se habían sometido al “experimento” (ya ustedes saben a que se refiere) estaban naciendo con condiciones del corazón. No he sacado el tiempo como investigadora, de ver si la prevalencia en las cardiopatías congénitas ha cambiado del 2020 para acá. Solo sé que siguen siendo un tabú, y que la gente o los padres siguen sin preguntar a las 18 o 20 semanas del embarazo por la salud del corazón de su hijo, ¿por qué? Porqué “después que venga sano, lo que sea”. 


Entonces que pasa, que no viene sano, y para completar nos cierran el “counter” de devolución en la cara, y me tengo que llevar para mi casa, esa que está esperando a un niño sano, un niño defectuoso y encima sin instrucciones. Y para acabarla de joder, tengo que leer que si el bebé nació por cesárea es que soy una cobarde que no quise parir. O que si no lo pego de la teta no estoy velando por su salud, o que no va a salir lo suficiente inteligente porque le estoy dando algo procesado y no natural. O que sabrá Dios que hice en el embarazo para que el muchachito saliera así. Porque desde las gradas, cualquiera es experto. Y no solo tengo que bregar con este diagnóstico para el cual no estoy preparada, porque después que venga sano, lo que sea, encima se me acumula la opinión familiar y ajena, se me llena la cabeza y me tiembla la vida como temblor en el sur de Puerto Rico. Pero, no me puedo “escrachar” porque la maternidad es bonita, y ser madre es lo más bonito del mundo y yo soy fuerte y puedo con todo. Y esa que me ve desde la grada, no se imagina ni por un momento, que ese bebé que le nació sano, que lo parió y que le dio la teta, un día puede dar un retroceso cabrón y un diagnóstico joderle ese pensamiento del futuro ingeniero que quizás sea gobernador. 


A veces, tenemos que tener un espacio de armonía interna porque sí, tenemos que cuidar a nuestros niños con condición congénita o adquirida, pero también tenemos que cuidar nuestra salud emocional. Porque hechas cantos no somos ni un poquito de excelentes madres, darle con el pecho a la situación dejando que nuestra Salud se haga cantos, no dice nada positivo, al contrario nos pone en riesgo. Muchísimas veces, tenemos que trabajar con los frascos de empatía, entendimiento y hermandad para pensar que haríamos nosotros en el lugar de esa otra mamá que todavía no quiere aceptar que su hijo nació con una condición, porque después que nazca sano, lo que sea. Duele, duele bien cabrón, así coloquial, que no nazca sano, porque nunca estamos preparados, duele mas aún, que nazca sano y de momento el mundo se vuelve negro porque algo pasó y ya nuestro niño no es el mismo. Empecemos a educarnos y a cambiar nuestras formas de pensar para poder siempre lidiar con lo creativa que se nos pone la vida. Al final, solo somos nosotros los que estaremos para ellos, el resto de la vida. Cuida tu salud mental, y cambia tu pensamiento, porque no importa cómo nazca, el nirvana siempre será, sacarlos adelante a como de lugar.