jueves, 20 de diciembre de 2012

La inutilidad de estar a la moda...

Y el acto de comprender porque odio los miércoles. Caminar en tacones es similar a correr bicicleta, si aprendes a hacerlo tarde, nunca lo harás bien. Entonces Martaraquel quiere a los 34 años usar algo que en su vida no hacia con frecuencia; usar plataformas. Como la mayoría sabe trabajo en una superior, que consta de 2 pisos, con unos 40 salones. Como maestra de educación especial, tengo que "correr" literalmente toda la escuela y cuando llego a mi casa destrozada, comprendo la inutilidad de la moda. Sobretodo si antes de ir a trabajar tengo que cruzar un pedregal, haciendo malabares con un enano de 2 años encima. No mi gente, no me estoy quitando la edad, es para que sepan cuando fue que quise aprender a andar en tacones.

Pero ahí no termina la cosa, estuve 2 años trepada en tacones a diario, sin bajarme de ellos ni para andar distancias largas, (Como envidio a Jlo y Beyonce) hasta las dos semanas que me baje de ellos y opte por unos tennis, mientras Ian estaba en intensivo. Cuando regrese a la normalidad, mis pies se negaron a los tacones, y volví a comprender la inutilidad de la moda. Y como andar en tacones no me fue suficiente, me contagie por un momento de esa frasecita que la realidad encuentro destructiva, "Antes muerta que sencilla", entonces entro al mundo acrílico; y me hago las uñas.

Y vuelvo a comprender la inutilidad de la moda, cuando tuve una lucha campal con rollo de tape y 2 páginas de fieltro, mientras trataba de adornar la ropa de Ian que tenía que vestirse de galleta de jengibre. Cuando trate de ponerme unas pulseras, cuando quise escribir en el teclado del iPhone. Y más aún sentí mi inutilidad, cuando trate se sacarle el lazo a una galletita que me pidió Ian, cuando trate de sacarle el juguete que le trajo Santa en su fiesta.

No se cuanto me dure la fiebre de estar a la moda con las uñitas. Me imagino que según pasen los días y me toque el retoque decidiré si soy parte de esa generación de entrar tarde a la moda y aprender a vivir con ella. Mientras, estoy aquí sentada, tratando de escribir y borrando cada error que cometo gracias a las uñas, en unas flat para estar cómoda y pensando, que a mis 36 años es bueno entender que cada cosa tiene su momento. Que el cansancio en los pies y los cortecitos alrededor de las uñas de verdad, no la hacen y que debo aceptar al final, para mi tranquilidad que a veces es mejor estar " Antes sencilla que muerta".

1 comentario:

  1. Uy, yo no sirvo para andar a la moda, prefiero lo que me es más cómodo. jeje.
    Saludos.

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