domingo, 17 de marzo de 2013

Subestimar a mi hijo menor... Que error.

En estos días, luego de observar como Ian hacia ruidos con su boca seguido del movimientos de sus manos, y explicarme que estaba imitando un transformers, pude notar lo mucho que subestimo a mi hijo.

No es para menos, luego de una estadía en el Cardiovascular al nacer, Ian regresó a casa. Y lo que vino después no fue fácil. A consecuencia de su condición, él no soportaba estar boca abajo. Era un llanto horrible y una lastimosa cara lo que acompañaba el momento de intentar que soportara estar un ratito en esa posición. Así que lo subestime, y pensé que mi hijo jamás se iba a voltear.

Las maestras de educación especial tenemos un defecto o ¿virtud? no lo sé; es difícil de identificar. Nosotras creemos que nuestros hijos tienen todas las condiciones del mundo. Así qué me fui volando a un centro de cuidado pedíatrico y solicité terapia física. ¿Qué pasó después? Ian en dos meses, se volteaba, se sentaba y se paraba en la cuna, dándome uno de los tantos tapabocas que me ha dado en sus cuatro años de vida.

Ya preparado para su primera cirugía, cuando regresamos a casa, Ian trató de voltearse y al sentir dolor en el pecho, no quiso intentarlo más. Pensé que los meses de intervención física se irían por el caño. Cuando pasó el tiempo de recuperación, Ian volvió a sus intervenciones, y luego de varios meses comenzó a gatear, sin embargo pasaron los meses y él no caminaba. Ya de por sí tenía mis dudas con el desarrollo, pies que no crecían, cuerpo pequeño, etapas atrasadas, etc. Quería prepararme para cualquier cosa. Al año y medio Ian se soltó y comenzó a caminar, de eso han pasado dos años y medio y el no ha parado.

Luego de superar el término físico, entonces comenzamos a subestimar que dados los atrasos de desarrollo, entonces Ian no soltaría la lengua, por más estímulos que le brindáramos. Así qué una vez caminó, comenzó en un centro de desarrollo, por ahí siguió con intervenciones de habla lenguaje y a los meses fue soltando la lengua. Desde entonces, tampoco a parado de hablar.
Subestime que por cuenta de las cirugías Ian se vería en extremo afectado, pero luego de su segunda cirugía, cuando conectaron la vena que faltaba del corazón, parece que el mejor funcionamiento de oxigenación en la sangre, activo el software de vocabulario.

Cuando regresó a su terapia del habla, su patóloga me dijo: "¿qué voy hacer con Ian, que ha superado las letras en las que tenía dificultad? Le dije: "cualquier cosa, menos darle el alta." Esta vez no lo estoy subestimando, pues todavía necesita ayuda.

Sin embargo, me consta, que subestimo su edad, su inteligencia, su forma de tomar las cosas. Estas ocasiones en que sale con cada ocurrencia, como saber su fecha de cumpleaños, presentar a su papá como el señor de bigote. No querer cantar canciones de mujeres, porque el no es niña. Identificar que sí es de día no se duerme, o el simple hecho de conocer el nombre de cada uno de los trenes de sus programa favorito.

El tapaboca mayor durante estos cuatro años me lo dio el mismo día de su cumpleaños número 4. Nuevamente insisto en subestimar sus capacidades. Luego de más de dos horas de diversión en la celebración de su cumpleaños, Ian llegó extenuado, y mientras lo secaba luego de ducharlo; tome la decisión más difícil de mi vida. Le explique a Ian que cuando se sintiera cansado, tenía que parar un rato, calmarse y descansar. Cuando me preguntó el por qué, le explique que tenía que cuidar su corazón, ya que no funcionaba como los demás. Ian me miró con esta única cara de tu no sabes lo que estas hablando. Y con toda la seguridad del mundo me dijo: " ¡Claro que funciona, y suena como un tambor! ¡Pon tu oído aquí y escúchalo! Acerque mi oído a su pecho y escuche el latido del corazón mi hijo. Lo observé con una sonrisa y me dijo: "¿Lo ves que funciona?" Sólo atiné a decirle: "¡Si mi amor y suena hermoso!"

4 comentarios:

  1. Tienes un hijo maravilloso, tiene la sabiduria de los niños.
    Un abrazo.

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  2. Los niños nos ponen del revés el corazón con su lógica y sinceridad. Sabio hijo tienes y muy dulce.
    Mucha fuerza tocaya.
    Un besazo.

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  3. Uffff.....las lágrimas se me están agolpando!!!
    muchos besitos

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  4. Marta me has emocionado tremendamente con tu post. Ian es un grande y tú lo sabes, no le subestimes porque seguirá dándote lecciones jaja es increíble la fuerza que tienen estos pequeños, y la que tienes tú también ya que no es fácil, así que muchos besos y a seguir adelante, no hay más que verle esa sonrisa!!!!

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