sábado, 12 de enero de 2013

Casi 4 años

Siento un apretón en el dedo índice, lo suelta, vuelve a apretar. Al final de mi dedo hay una pequeña mano y mis recuerdos regresan a agosto de 2008. Tenía un atraso, y ya había descartado volver a ser madre. No soporte más y entre a la farmacia. "Una prueba de embarazo por favor", imagino que las mujeres con los nervios siempre dañan una; la caja trae dos. Estaba sola en la casa, justamente, dañe la primera prueba. Me fui por la segunda, quede en una pieza. "¡Joder, estoy preñada!"

Automáticamente caigo en el día de la cesárea, lo poco amable de la anestesista, las palabras de la neonatologa de turno, "Tienes un niño hermoso y saludable, bésalo." Eran las 9:06 de la mañana. Rápidamente recuerdo el día siguiente, ánimos caldeados, el bebé tuvo que quedarse en el nursery. "Un soplito" dijo la neonatologa de ese turno. Las 8:30 de la noche más negra que he vivido en mis 36 años, el cardiólogo poco simpático, "septal defect" ¿Y que carajos es eso? "Traslado de emergencia en ambulancia a San Juan, no es necesario un helicóptero, es posible que haya que hacerle una cirugía mañana, no le den nada de comer." Pero, ¿qué le pasa? Tiene como mucho un día y medio de nacido, quiero amamantarlo, pero ¿qué pasa, es que se va a morir? ¡San Juan! Dios mío, yo no puedo con mi vida, estoy recién operada, quiero a mi bebé.

Vuelvo a sentir el dulce apretón y la risa de un pequeño que salta cada loseta del mall. Ya van a ser cuatro años que nació y se puede sentar debajo de un árbol a contar sus miles de aventuras. Vuelvo a cavilar y estoy parada a su lado en intensivo, solo tiene 8 meses y estoy llorando culpable porque le hice llorar. Estaba sumido en su sueño de anestesia luego de la cirugía. Le cante la canción con la cual lo dormía en casa, "Cual la quietud de un arroyo es La Paz que yo siento..." Se retorció, grito y comenzó a llorar. No sé que me dolió más si verle así o no poder escuchar su llanto por el tubo que tenía metido en la boca. Entonces me quería morir. "¡Mami! Me hace falta un tren. Y me despierta de mi trance.

Como me siento algo decaída emocionalmente, puedo fácilmente volver a mi mundo. "Se le va a hinchar la cabeza más, quizás este aquí hasta 3 meses." Joder con la pediatra de turno, ¿es que ella piensa que yo no trabajo? Él
la hizo quedar mal, y a la semana estábamos en casa. Ya van a hacer casi 4 años que nació y ha vivido ecos, electros, pruebas, vacunas especiales, 3 cardiólogos, 2 cirugías. Y de momento lo miro y pienso que yo no tengo muchos recuerdos de antes de mis seis años. "Èl lo olvidará, los niños son así. Por eso se operan muy niños, porque luego ya olvidan todo lo que pasaron" me dijo el cardiólogo que lo atiende ahora.

Y me pregunto ¿por qué tenemos esa urgencia en hacernos grandes, en vivir otro tipo de vida y en dejar que nos martille el cerebro las miles de situaciones que nos suceden? Todavía me falta tiempo para explicarle que su corazón necesita un cuidado permanente. Tendré que contar historias para que entienda. ¿Y por qué no saco algo de tiempo y me cuento yo misma una historia? Una de esas donde entienda que todo pasa, todo se supera, todo tiene su razón de ser. Él se mantiene en un ritmo estable, yo, ando un poco tambaleada todavía. Tratando de asegurarme, para asegurarlo a él, a su hermano. Mi niña interior me invita a jugar con sus "barbies" baratas, rechazo la invitación, dejándome llevar por el enredo de pensamientos. Ya van a ser cuatro años, de todos modos no sé si quiero que mi hijo recuerde sus aventuras dolorosas. Pensándolo bien, yo tampoco quiero seguir recordando las mías. Mi niña interior se apodera de mi un rato, cojo a mi hijo en brazos, lo balanceo en mis piernas y lo levanto al aire, ambos reímos, por un momento ambos hemos olvidado.

2 comentarios:

  1. mi eterno guerrero...hacen cuatro años y parece que fue ayer...y el con su sonrisa eterna, lo amortigua todo, y nos regala felicidad....cuatro años de aprendizaje!

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  2. Que pequeño tan hermoso, su sonrisa es el mejor retrato de que ha sido y es feliz, No podría estar en mejores manos que las tuyas.
    Un abrazo.

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