jueves, 6 de septiembre de 2012

Realidades

Llevo una semana con la realidad dándome en la cara, la realidad de mi hijo menor, mientras llevo muchísimo mas con la realidad de mi hijo mayor flagelándome sin compasión.

Hoy en la tarde conversaba sobre la realidad que vive mi amiga Anuchka en una sala de clases. Mientras estábamos en su vehículo, compartiendo opiniones, choque con una realidad mucho mas fuerte.

Un caballero mayor, quiso venderme una paleta en 25 centavos. Increíblemente lo primero que pensé cuando vi la paleta fue: " ¡Dios mío, que cara! Pero, sin emitir comentarios las dos sacamos 2 pesetas y compramos las paletas. No hablamos del tema, hablar de gramática resultó ser mas interesante. Sin embargo me resultó impresionante que de todas las cosas que el señor podía vender, escogiera paletas. ¿Qué ganancia podía sacar? ¿ Por qué tuve que criticar que vendía paletas? ¿Por qué tuve que juzgar su precio?

Cada persona vive una realidad, unas mas fuertes que otras. La vecina de Ian en intensivo lleva tiempo allí, cuando le dieron cuarto a Ian nos despedimos de su mamá, ¿Su realidad? Mucho mas fuerte que la
mía. Aun cuando vivimos algo fuerte con nuestro hijo, no puedo, no quepo en sus zapatos. ¿Por qué tuve que juzgar las veces que no la ví a la hora de visita? Cada quien trabaja su realidad de la mejor forma. De la
manera mas sensata, por algo es su propia realidad.

Una de mis realidades, se recupera gracias a Dios al lado mío en una cama de hospital. La otra me espera en Ponce, loco por verme supongo. Mis realidades seguirán flagelándome, golpeándome. Pero entre la auto terapia de escribir y una buena despensa de primeros auxilios, saldremos adelante. A mis zapatos les puse suelas nuevas y solo están hechos a mi medida. No es necesario que el mundo entero experimente mi realidad, porque cada cual carga la suya propia.

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