lunes, 13 de febrero de 2012

Mi pedestal

Tengo un pedestal, sí, esa cosa donde normalmente colocamos figuritas. Solo que yo coloco personas. Sinceramente no sé qué tan saludable sea mi costumbre. Mi pedestal tiene varias tablillas. Tengo algunas personas en las más altas, otras suben poquito a poco. Incluso yo estoy en mi pedestal, solo que yo me muevo libremente por las tablillas, dependiendo de mi estado de ánimo. En estos últimos meses, se han resbalado varias personas de mi pedestal. Han caído tan fuerte, que se han hecho añicos. Cuando veo la cantidad de pedazos, me cuesta grandemente buscar el “crazy glue” y comenzar a pegarlos. Lo difícil es que en la caída me llevan enredada y me hago pedazos yo también.

Si es triste decepcionarte de una persona, más triste es sentirte decepcionado de ti mismo. Sobre todo, si en las circunstancias no solo se te quiebra el corazón, sino sentir como te quiebras por completo; pensando en donde tú como persona cometiste el error. Soy de las que normalmente siento culpa de que las cosas no funcionen, o se echen a perder. Aun cuando me consta de que no tengo la más mínima culpa de lo que sucede. Pero, esa es Marta Raquel. No puedo evitarlo, mis virtudes son mis defectos y le tengo demasiado fe a las personas; la que no me tengo yo. Por eso, muchas personas que se han caído de mi pedestal, aun cuando se han hecho “cantos”, he tenido la paciencia de pegar cada pedazo. Sin importar que me corte los dedos en el intento, pero pego hasta el último y con mi corazón lleno de fe, los vuelvo a colocar en el justo lugar de donde se cayeron.

Me consta que las personas que adornan mi pedestal, quizás no me tienen a mí en el de ellos. La vida es así, no puedo obligar a las personas a ser como yo. Cada cual siempre “bailará al son que le toquen”. Tampoco puedo pretender no sufrir decepciones de las personas que aprecio y quiero, porque entonces ¿de qué aprendo? Así que no me queda de otra que hacer una tremenda inversión en “crazy glue”. Y mantener un pomito en cada tablilla de mi pedestal, a mi persona en particular le tendré una buena cantidad de pomos.

Ya es tiempo de que me suba a lo alto de mi propio pedestal y entienda que no puedo escaparme de las decepciones. Pero tengo que subirme lo suficientemente alto para no ser parte de los accidentes que ocurren en él. Si alguien ha de caer que caiga, desde mi lugar lo observaré y si le tengo fe, lo volveré a pegar. Si la decepción sobrepasa mi confianza, lo observaré caer con una admirable indiferencia. Después de todo, no todo lo que se rompe se puede pegar, porque si lo intentas, luego del proceso del secado, casi nunca nada queda igual.

4 comentarios:

  1. Me encanta lo que escribes, Marta! Eres una gran persona, que ama a las personas. Tu pedestal tiene que ser un lugar precioso, lleno de historias que contar...pero no olvides, por favor, como tú bien dices, ponerte en lo más alto!!!!

    Un abrazo

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  2. Esta entrada creo que será una de mis favoritas, y si me preguntas el por qué, probablemente ni pueda dar respuesta completa por tanto porque que daría...
    Es elegante, realista, profunda, sensata, consciente, emotiva...
    Creo además ver una evolución en ti... de las primeras entradas que leí a estas, creo que aún todavía temerosa a quererte a ti misma como mereces, estás empezando a quererte y a darte cuenta que ese es tu punto de partida...
    Ansío leer el día en que pueda percibir el justo sentimiento de amor propio que te mereces alcanzar.
    ¡Gracias por tan hermosas palabras!✿

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  3. Uf!! Marta Raquel...te entiendo...(aunque nunca había oido lo de crazy glue...pero me gusta)
    El problema es el que expones al final....casi nunca queda igual que antes de romperse...ya no encaja a la perfección....

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  4. ¿Expectativas y decepciones en pedestal?
    No solo por lo que acabo de leer, sino porque te conozco sé que eres de las personas que aún teniendo en cuenta el trasfondo de las personas siempre esperas que sean capaces de superar tus expectativas de ellos. Lo que resulta muy peligroso porque mientras mayor sea tu expectativa mayor será tu decepción. Por lo que muchas veces es mejor no tener ninguna y así evitas decepciones. Porque es mejor no tener expectativas sobre algo o alguien y recibir algo, que aunque poco te parecerá grandioso por el simple hecho de que no esperabas nada.
    Si tienes altas expectativas de una persona terminas idealizándola y subiéndola en tu pedestal. Cuando te das cuenta de que esa persona que idealizaste no tiene las cualidades por las que llegó a estar en tu pedestal caerá del mismo a la velocidad de la luz y no sólo se hará añicos, se desintegrará. Lo que resulta muy peligroso porque empiezas a perder la fe y la confianza en las personas, lo que pone en riesgo tu capacidad de confiar en los demás. Lo que te resultará muy doloroso porque te cuestionarás si es tu culpa y tendrás que trabajar duro para superarlo y evitar que te afecte.
    Así que amiga, te recomiendo que te unas al grupo de personas que han aprendido a no esperar nada de los demás. Si esas personas te aprecian y te valoran como el ser humano maravilloso que eres no te decepcionarán. Si esas personas hacen algo por ti, te emocionarás y los valorarás tanto como ellos a ti. Pero no tanto como yo te valoro a ti.
    Te quiero mucho, tu amiga, Zulma

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