lunes, 6 de febrero de 2012

Frases

El viernes las musas jugaron a engañarme y mi estado de ánimo juraba que yo era un parque de diversiones. Justo ese día tenía una mezcla de frases en la mente, algo así como el diablito y el angelito que se posan en los hombros. Mi mente me decía que “fluyera”, mientras lo pensaba, recordé las palabras de uno de mis sabios (prefiere el anonimato) “El termino fluir sirve para que la vida no le caiga encima a uno”. Así que decidí  “fluir”, pero mientras trataba de entrar en el trance de la fluidez, recordé la frase de Yesenia cuando está en baja: “Me estoy ahogando en mi miseria”. Y cuando me di  cuenta la miseria habia ahogado mis deseos de “fluir”. A veces me pregunto qué daño le hice a mi fuerza de voluntad para que me juegue estas trastadas. A veces me hace sentir tan abandonada que siento un cementerio de voluntad. Quizás le pido mucho, para el poco buen trato que le doy. No debe ser fácil cargar con este cuerpo, con un corazón lleno de cicatrices y un cerebro que no para de pensar y pensar. Y aun con tanto análisis se corre el riesgo de cometer tantos errores.

He notado que los días que me levanto de buenas y las musas me hacen compañía, ella se siente bien, y decide entonces quedarse conmigo y lógicamente pasamos un excelente día juntas. Sin embargo, esos días en que me levanto del asco, las musas se van de paseo y mi creatividad hace un “hold”; la muy cobarde arranca, dejándome de inquilino a un ánimo juguetón que no hace más que subir y bajar como si creyera que soy un jodido parque de diversiones y me encanta sentirme montaña rusa. Mientras estoy en este análisis me llega a la mente una frase de Martha: “¡Échale ganas!”, acompañada de una de Melanie: “El mundo no se acaba”. Y mientras me levanto con todo el ímpetu posible, dispuesta a comerme el mundo y agarrando por la cola a mi fuerza de voluntad; me da con darle la oportunidad al cerebro de pensar en todo lo que me afecta. Y es ahí donde me veo en la segunda vuelta de la montaña rusa, arrastrándome como una culebra. Y decide la migraña hacerme compañía, como si fuera mejor que la soledad de no tener mi fuerza de voluntad.

Sin embargo, lucho con mi interior y decido volver a darme la oportunidad de pensar de forma positiva y tratar de convertirme en una “happy flower” como diría Débora; que aunque según ella, puede “a veces ser algo insensato, pero se vive mejor”. Y así ahogo todas las frases negativas que ahuyentan mi fuerza de voluntad. A ver si exhibiendo la sonrisa que tanto mis amigas españolas me alaban, logro que ese cementerio de voluntad reviva. Porque estoy muy segura de que yo no soy un olmo. Soy capaz de florecer y dar fruto. Como diría mi amigo Carlos: “Me vale ver…” lo que intenta matar mi raíz. Yo merezco ser feliz, y que quede claro, solo porque sí.

3 comentarios:

  1. Qué bonito!. Me ha gustado mucho, comienzas desde las dudas, tu caída en el pesimismo y acabas levantándote tu misma y siendo la mas positiva dándote la oportunidad de ser feliz. Porque sí. Me quedo por tu blog compañera 2.0!! ;)

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  2. Amiga, yo desde que te he reencontrado percibo cambios... te veo más, cómo diría yo... ¡HAPPY FLOWER! Creo que estás dando a tus pensamientos un cambio de look como el que ha experimentado tu blog: como tú dices, los colores son parte de nuestra vida, pero nosotras mismas podemos ayudar en esas pinceladas, y definitivamente, a ti te favorece el malva, el rosado y el moradito.
    Si ya decía yo que esa sonrisa linda no acompaña a los pensamientos negativos...
    Besitos guapa! Te aprecio un montón!

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  3. No importa hacia cuál lado de la balanza tú te inclinas en las acciones de tu vida diaria. Debes hacer lo que te haga sentir bien. La diferencia en tu vida estará marcada por lo que hagas con lo que te hace feliz.
    Tú eres un ser humano con virtudes y defectos. Eres una persona valiosa y mereces ser feliz. Lo que has hecho y hagas con tu vida es tu responsabilidad. Independientemente de lo que pienses sobre lo que ha sido tu vida, si has tomado buenas o malas decisiones o de lo que piensen los demás.... tú mereces ser feliz.
    Déjame enfatizarlo un poco más por si tienes dudas.... tú mereces ser feliz porque tu estas aquí, estás viva y eres una fiel servidora de Dios.
    TQM, tu amiga, Zulma

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