lunes, 8 de julio de 2013

Mami ¿así es mi corazón?

Recuerdo que cuando comencé a escribir, a mi primer escrito le llamé aburrimiento. Me encontraba en esos días de crisis existencial y luchas internas, así que deje volar la imaginación y el teclado cogió vida. Luego de ese escrito llegaron varios más relacionados a lo mismo. Hasta qué un día, luego de la primera cirugía de mi hijo menor, cambie un poco el contexto. 

El primer escrito sobre mi hijo, lo redacté luego de observar el dibujo que me había hecho en un papel de resumen de visitas su cardiólogo. Me hizo el dibujo, porque yo le pregunté si el corazón de mi hijo iba a ser reparado completamente. Cuando me contestó que no, completó su explicación de esa forma gráfica. Para mi fue una maravilla, dado a que soy muy visual. Cuando llegué a mi casa, como si fuera el dibujo de un niño pequeño, orgullosa, lo pegué en la nevera, allí estuvo meses.  Me constaba que el dibujo iba a servirme mucho al momento de explicar la situación del pequeñito en aquel momento. Sobre todo porque sabía que las preguntas, las grandes preguntas, iban en cualquier momento a llegar. Sólo que a veces subestimo, y no las espero tan rápido. 

Mientras observaba al niño y miraba a la nevera; escribí. Y lo llamé "¿Cómo ves mi corazón mamá? Todavía en ese momento me encontraba en una gran negación a lo que estaba pasando. Al finalizar el escrito expresé que aún cuando le iba a explicar a mi hijo como funcionaba su corazón, le iba a dibujar el típico corazón de los enamorados y lo iba a pintar con crayón rojo. 

Han pasado más de tres años de ese escrito y han surgido muchas preguntas relacionadas a su corazón, cómo funciona, porqué ha sido reparado. La pregunta de como se ve, no había llegado todavía. Sin embargo, para la concienciación de las condiciones cardíacas, hice un corazón azul y rojo con una curita. Como no lo use, lo pegué de la pared de su cuarto. Ayer, luego de la rutina de leche,  medicamento y cuento, Ian miró la pared y me preguntó: "Mami, ¿mi corazón es como ese?" Me sonreí, recordé lo del crayón rojo. Pero también recordé que llevo ya meses, casi un año, explicándole las cosas como son, sin muchas vueltas, con la verdad. Entonces entendí, que sacar un crayón rojo, no va a hacer más fácil el conocimiento de causa. No va a hacer más fácil de entender. Un corazón típico pintado de rojo no va a hacer a mi hijo diferente.

Así qué aunque por un momento pensé que sería un poco morboso, entre al internet y le busqué a mi hijo un corazón de verdad. Uno lo más parecido al suyo y cuando digo esto no es que busqué un corazón imperfecto; busqué uno real. Por un momento pensé que las fotos serían de impacto, pero sólo se limitó a decirme: "¿Ese es mi corazón mami?" Volví a sonreír, porque sigo subestimando a ese pequeño enano, le dije "Se parece al tuyo, pero el tuyo esta dentro de tu pecho, ¿lo sientes?" Me contestó que si y nuevamente me dio una tregua; por el momento. 

3 comentarios:

  1. Amiga,creo que ese niño valiente tiene un gran ejemplo contigo. Me alegro de ver que empiezas a sacar todo ese poderío que llevas dentro! Sois una familia de luchadores generosos; un ejemplo para muchos (entre los que me cuento)
    Un abrazo!♥

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  2. Que bonita forma de explicarle todo, te admiro mucho por tener la fortaleza de luchar contra todo eso que debe ser duro.

    Estamos en contacto!

    Mamá y maestra

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