domingo, 12 de agosto de 2018

Somos estructuras


      Somos una estructura, detallada de forma perfecta aún dentro de las imperfecciones que se cargan. A simple vista puede parecer fuerte, pero es más frágil de lo imaginado. A veces las actitudes y las aptitudes, cooperan un poco con esa perspectiva de fortaleza que puede tener la estructura que nos tocó cargar y cuidar. Y son ellas mismas las que a veces la hacen tan frágil. También nos podemos ver enfrentados a esos vientos huracanados con los que nos azota la vida, haciendo con el tiempo, más frágil los cimientos. Entonces como estructuras que con el tiempo se deterioran, caemos, como una implosión a nuestros pies. Tentados a pensar que una vez hechos pedazos y polvo, ya no hay forma de volver a convertirnos en una estructura más fuerte. 


        Pero es esa misma vida, la que nos hace tambalear, la que nos azota a veces sin ninguna piedad, la que nos hará entender, que cuando nuestra estructura, tuvo que pasar un proceso de implosión, es porque necesitamos un cambio. Ese cambio a veces merece una ubicación diferente. Ya nuestra estructura no estaba acorde y debía removerse. Solo que muchas veces nos falta el coraje para movernos y ahí viene la sacudida, la dinamita, la reventada. Entonces, luego de pasar el proceso de los pedazos, donde se va a aclarando ante nuestra vista el polvo que levantamos, podemos ver, que el otro lugar es más grande, comenzamos a notar, que nuestra estructura necesita un cambio y ese será un buen lugar. Cerramos los ojos imaginando el cambio y el día menos pensado, los abrimos y nuestra estructura es más fuerte, aguanta más. En algunas ocasiones puede que vibre un poco, por el viento y las sacudidas, pero es más fuerte, renacemos para saber que podemos soportar. 

1 comentario:

  1. Querida, tú ya sabes que los grandes cambios suelen venir siempre precedidos de una fuerte sacudida. No es el fin del mundo. Es el inicio de uno nuevo. ��

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