martes, 8 de octubre de 2013

Yo, "misma" y mis típicas circunstancias

Se aprende a la mala a vivir con las circunstancias. Seamos sinceros, esto muchas veces no es cuestión de fortaleza, es meramente no tener remedio y sobrevivir al golpe. Como cuando me dijeron que mi hijo menor tenía el corazón roto y no había ni recibo ni "counter" de reclamación para devolverlo. Estaba ahí y había que cuidar de el. No por mera fortaleza, sino por deber, por convicción, por amor. O el día en que el cirujano nos dijo: "Hay que operar." Cuando vio nuestras caras de " que fácil lo dices", nos dijo: "Si no quieren no lo operamos, pero se pondrá azul y puede experimentar un fallo cardíaco". Y entonces nos vemos entre la espada y la pared con una cara que dice: " ¡Así por la buenas, claro!" Y entonces nos entregaron un niño con un corazón medio remendado y una marca de guerra en el pecho. 

Recientemente leí que cuando tienes un segundo hijo cometes menos errores, te asustas menos, sabes como manejar las cosas. Pues en mis típicas circunstancias eso no va. Con mi segundo hijo he pasado el doble de sustos. He cometido el triple de errores y mi nivel de histeria muchas veces no me deja manejar de buena forma las cosas. ¿Qué he tenido que hacer? Aprender a vivir con eso, pero con el tiempo caigo en la cuenta de que no es por fortaleza, si no porque no me queda remedio. Con el tiempo y "los aprendizajes", me hago creer que soy más fuerte, cuando en realidad me hago más dura. 

Recientemente leí una adaptación de una cita de Friedrich Nietzsche que dice: "Lo que no te mata, te hiere de gravedad y te deja tan apaleado que luego aceptas cualquier maltrato y te dices a ti mismo que eso te fortalece." Tengo que aceptar sin ánimo de ofender la memoria de "Freddy" que esta cita me parece mucho más aceptable que la verdadera. Porque nos endulzamos la píldora para que no amargue el sabor, ocultamos detrás de sonrisas falsas que nos estamos consumiendo. 

Si hay algo que me revienta el entusiasmo es esa expresión de " niños especiales para padres especiales", me quieren hacer creer que soy suficientemente especial para poder sobrellevar todo el trabajo que me queda por delante. También cuando me dicen "Tu si eres fuerte", temo informar que ni especial ni fuerte. Soy del montón, común y a veces hasta demasiado corriente; débil, muy débil. 

Mis típicas circunstancias, que no están todas aquí expuestas, me están matando el ánimo porque estoy tratando de mostrarme más fuerte que ellas. Esta bueno ya. Voy a trabajar con ellas como pueda, por convicción, por amor, por sobrevivir. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario