martes, 3 de enero de 2012

Vivir

El 31 de diciembre pedía a gritos un corazón, y un cerebro nuevos. Tenía mis razones de bastante peso para pedir eso. Hoy sin embargo a 5 días de levantarme con unos dolores intensos en mis articulaciones, me pregunto si no es mi cerebro y corazón quienes en realidad necesitan una Marta Raquel nueva.
Una menos pasional, que conozca sus límites. Que sepa darle la importancia a lo que realmente lo merece no a todo lo que le rodea. Una que sepa aceptar un no como respuesta y no se parta la vida tratando de entender porque no fue un sí. Una que sepa estar todo el tiempo para sus amistades, pero también sepa sacar un tiempo para ella. Una que no se desviva tanto por agradar a los demás y comience a aprender el proceso de agradarse ella. Con sus rizos alborotados y esa pancita que la faja tapa tan bien. Una que comprenda que sus desgracias no son las desgracias de los demás y viceversa. Una que le dé la oportunidad a su cerebro de ser creativo y deje de atiborrarlo con tanto pensamiento morboso, triste y sin importancia. Una que entienda que cada persona a su alrededor tiene un espacio y que no significa necesariamente que no quieran que ella este en su vida. Y que por lo tanto sepa apreciar su propio espacio.
Una Marta Raquel que sepa apreciar lo hermoso de los latidos de su corazón cuando sus hijos hacen una nueva hazaña, que sepa entender el esfuerzo de su hijo mayor y aprenda a amar el carácter de su hijo menor. Una que aprenda a cultivar su propio jardín y no pida flores. Que no cicatrice más su corazón con nimiedades si sabe que con mucha dedicación cada golpe será sanado. Una que entienda que su fuerza de voluntad no vacaciona sino que huye del terror de verla tan llena de miedos y decisiones extrañas. Una que entienda que en esta montaña rusa llamada vida, no importa cuántos sube y baja tenga lo importante es sacarle partido al viajecito. Que no importa si alguna vuelta asusta, lo que vale es lo que aprenda de la vuelta. Una Marta Raquel que comprenda que no se tiene que estar feliz todo el tiempo, sino que hay que vivir a plenitud con sus  buenos y malos momentos.
Porque aun cuando Alejandro Sanz dice que: “Lo más peligroso que tiene la vida es vivirla”, No debemos dejar de vivirla por miedo. Sino que tenemos que enfrentarnos a ella y sacarle el mejor de los partidos. Como se dice mucho por ahí: “No dijeron que sería fácil, solo que valdría la pena”. A mi cerebro, corazón y fuerza de voluntad, mil perdones, nunca debí querer cambiarles. Por otra parte les hago una fiel promesa. Marta Raquel, ¡promete comportarse!

3 comentarios:

  1. Hola Marta!!! me encanta lo q escribes y quiero decirte q eres una mujer digna de admirar, muy luchadora y con un gran corazón q por supuesto no debes cambiar, seguro q si te tomas las cosas con más calma lo verás de otra forma, claro q eso es fácil decirlo desde fuera verdad?? muchos besos de tu amiga Sofía!!!

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  2. Amiga me alegra leer estas palabras... es mas que cierto lo que escribes aqui y me alegra saber que mis consejos no caen en oidos sordos....tqm!
    lsy

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  3. Cuando nos conocimos nunca pensamos que llegaríamos a ser amigas sin embargo aquí estamos y estoy feliz y agradecida por eso. Cada día que pasa aprendo a respetarte, admirarte y a valorarte más. Así, que aprende a valorarte y amarte en todo sentido. Acepta el hecho de que somos seres humanos con virtudes y defectos por lo que no somos perfectos.
    En muchas ocasiones, no nos damos cuenta de lo afortunados que somos y en ocasiones menospreciamos desde las pequeñas cosas hasta las más grandes. Por alguna razón los seres humanos apreciamos nuestros problemas o dificultades como las más grandes y no nos percatamos que otros están en peor situación que la nuestra. Sólo tienes que pensar que tienes personas a tu alrededor que te aprecian y aceptan como eres. TQM…. Tu amiga, Zulma

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