miércoles, 18 de enero de 2012

Mi vida y los colores

  Y vuelvo con el temita de los colores. Ya parezco un bendito arco iris. Hace unos días mencionaba los colores en un escrito sobre sabios, y pensaba en el significado que le damos a los colores en nuestra vida. Cuando somos pequeños nos enseñan a  asociar los colores con los estados de ánimo, con las cosas que hay a nuestro alrededor. Cuando somos niños asociamos el rojo con el amor, así que si veíamos a algún amigo dibujando corazoncitos rojos, de seguro estaba enamorado. De igual forma el azul era la tranquilidad del mar, aunque sepamos que el agua del mar es transparente. Y como olvidar esa asociación del violeta con Barney el dinosaurio.

Según vamos creciendo cambia nuestro sentir hacia los colores. El rojo se convierte en pasión y en otros no mejores casos en sangre. El amarillo aunque nos pueda parecer sutil, lo ligamos con la palidez de las cosas. El azul ya deja de ser tranquilidad, y se convierte en pena y tristeza. El violeta juega al luto con el negro.  Como mujer siempre he tenido preferencia por el azul. Pero no para vestir ni maquillarme, simplemente me gusta ese color. Sin embargo, cuando tuve que experimentar lo que era sentirse azul por la tristeza y la pena, mi preferencia cambio. Tengo que aceptar que el azul es el mejor color para describir ese sentimiento. 

Ahora bien, cuando mi hijo menor nació, tuve una bendita obsesión con el color verde. Aun cuando las características principales de mi hijo era que se pusiera azul. Lo lamento, no pude evitar el sarcasmo. Uno de los primeros días de nacido de mi hijo, mientras se recuperaba en el centro Cardiovascular, recibió la visita de una neonatóloga. Ese día Ian, mi hijo, estaba vestido con un mameluco verde, un simple mameluco que hasta grande le quedaba. Pero esa doctora lo vio y me dijo: “¡Qué bonito le queda el verde a este bebe! Y de ahí nació mi gusto por el verde, un color que le quedaba bonito a mi hijo, un color que significaba esperanza. La esperanza de que mi hijo algún día se iba a recuperar.  Gracias a Dios, que Ian era pequeño, porque hubiera odiado el verde, fueron muchos los meses que pasó vestido de ese color. Mi hijo está todavía en proceso de recuperarse, no por completo, pero de hacerlo.

Mientras sigo creciendo y paso entre el crecimiento los procesos de mi hijo, tengo muchos momentos azules, demasiados para mi gusto si vamos a ser sinceros. A veces son tan azules que casi se tornan violetas. Pero en esos momentos que tengo algo de lucidez, un tono verde se ve en la distancia. Trato de no perderlo de vista y le grito: “ ¡Ven, vísteme de esperanza! De seguro, si la neonatóloga de mi hijo me viera, me diría: “¡Mamá, que bonito te queda el verde!

3 comentarios:

  1. Al color verde es el color de arcángel Rafael y es el color de la sanación... así como lo ves, el verde sana!!! Sala cualquier padecimiento físico, mental y espiritual.
    No es coincidencia que cuando tu hijo nació te hubiera entrado el gusto por este color.

    Hablando de los chakras, el chakra del corazón es de color verde, su energía es de este color... interesante verdad!!!

    Un abrazo!

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  2. El verde es también el color ESMERALDA, una piedra preciosa muy dura y rara, pues es la única de color verde que es también cristalina.
    En la edad media era símbolo del Apóstol Juan, que sé que eres muy creyente.
    Recuerda siempre que a veces lo diferente es precisamente lo que hace especial algo... Besitos!

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  3. Se ha comentado mucho que las personas manifiestan su personalidad a través de sus actos. Las personas exteriorizan su personalidad a través de los colores que sienten que los identifican. De acuerdo a la psicología existe una estrecha relación entre el color con el que la persona se identifica y su personalidad. De acuerdo a la psicología experimental el color verde es el color de la naturaleza en primavera. Significa esperanza, fe, respeto, servicio, amistad. Pero también angustia y ansiedad. Es un color natural, optimista, refrescante y reparador. De acuerdo a la psicología quienes optan por este color suelen resolver sus problemas con mucho sentido del humor y una buena perspectiva. Además, establecen que son personas apegadas a su familia y a su entorno. Ahora, Marta Raquel, dime si no te identifica. Ahora puedes estar segura que “de sabios y locos todos tenemos un poco”. TQM…Tu amiga, Zulma

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