¿Y tú que también eres mamá, tienes truenos en la cabeza?
En algún momento de la historia, alguien entendió que las mujeres, específicamente las madres debían tener el peso de todo. El psicoanalista Fromm (1956) decía que el amor maternal es una afirmación incondicional de cómo es la vida del niño y sus necesidades. Sin embargo, hay otro aspecto que va más allá de la mera conservación de la vida. Una madre aparte de buena madre tiene que ser una madre feliz y no muchas logran alcanzar esa meta. Cuando menciona la relación entre madre e hijo la cataloga como una de desigualdad, porque el niño necesita la ayuda y la madre la proporciona. Representando un carácter altruista y generoso haciendo que el amor materno sea considerado la forma más elevada de amor, y el más sagrado de todos los vínculos emocionales. El amor materno, representa dos seres unidos que se separan. Es aquí donde la madre debe no sólo tolerar y alentar la separación del niño, también debe mostrar la capacidad de dar todo sin desear nada, salvo la felicidad de su hijo.
“Una madre aparte de buena madre tiene que ser una madre feliz y no muchas logran alcanzar esa meta”. La parte más difícil de esta oración es que a esas madres que no logran alcanzar la meta, se les juzga. Es aquí donde tenemos que detenernos y “hablar” del libro
A veces mamá tiene truenos en la cabeza, de Beatriz Taboada.
En esta historia una pequeña explica utilizando metáforas relacionadas a eventos atmosféricos los sentimientos de su mamá ante ciertas circunstancias y las repercusiones que en ocasiones suceden. Una de las partes del cuento que más me llama la atención, (esto es un spoiler) es cuando la niña explica: “Cuando mamá tiene lluvia en la cabeza se tumba en el sofá como un caracol. Mamá llora a veces.” ¿Cuántas veces utilizando de base el amor maternal, se nos llena la cabeza de lluvia, y por no querer que nuestros hijos nos vean débiles no lloramos? ¿Cuántas veces nos llenamos de frustración, de ira, de ansiedad y no lo exteriorizamos por temor al qué dirán y que nos juzguen? La maternidad está sobrevalorada. Qué difícil es entender que dentro del amor maternal y todas esas cosas que en su momento mencionó Fromm, seguimos siendo humanas. Capaces de sentir y con las mismas necesidades que presentan los demás y que una gran mayoría de las veces nosotras tenemos que auto ayudarnos. Una vez entramos en la maternidad, el afán de amar, de proteger, nos deja desprovistas de auto conciencia y no nos cuidamos ni física, ni emocionalmente. ¿Saben que es lo mas triste? Que quizás podamos fingir el descuido, pero el cuerpo pasa factura y al final, siempre habrá alguien mirándote desde las gradas, a la expectativa de que falles y criticarte como madre. Y ten por seguro, que será una persona que no ha cuidado ni una tortuga en su vida.
Este libro me gusta mucho porque, aunque la protagonista es la niña que explica, en realidad el personaje principal es mamá y sus sentimientos. ¿Cuántos libros no encontramos por ahí, donde el tema principal es mejorar las necesidades de nuestros hijos, pero no hay ni un solo capítulo de como trabajar con las emociones de mamá? Nosotras mismas, buscamos libros y libros que nos muestren como maternal, porque a veces nos sentimos incapaces o miramos al lado y vemos esta “supermom” y creemos, necesitamos, añoramos parecernos a ella, sin conocer como es realmente el entorno familiar dentro de las cuatro paredes de su casa. Sin imaginar que ella también, seguramente se tumba en el sofá como un caracol y llora. Para terminar de “hablar” de este cuento, tengo que aclarar que la niña no solo explica las situaciones difíciles, entre una y otra intercala los momentos en que mamá es un sol y a veces un arcoíris. También el vivir estas emociones con mamá le permite comenzar a identificar las suyas. Lo mas importante es la validación de emociones que se ve al finalizar el cuento en donde ambas trabajan juntas con todas ellas.
Esta reseña la comparto, no como una conocedora de la Psicología, mi doctorado es en Educación en Currículo y Enseñanza. Pero, si tiene la base de 22 años de experiencia como madre, una que muchas veces tiene truenos, nubes y lluvia en la cabeza y que llora frente a sus hijos. A la que le cuesta en ocasiones ser sol y arcoíris, pero lo intenta, que es lo importante. ¡AH! Y que va a terapia, para cuidarse su salud emocional. El amor maternal es validar juntos como padres e hijos nuestras emociones, explicarlas, trabajarlas y aceptarlas, eso lo dije yo, Montero (2025). Este cuento es una demostración de que no estamos solas. ¡NOS TENEMOS!
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